Como impactante, lleno de enorme espiritualidad con solo su presencia, calificaron su experiencia algunos asistentes a la Plaza San Pedro Claver, durante el rezo del Ángelus por parte del Papa Francisco, en su último día en Colombia.

Una vez el Papa dijo: "no se olviden de rezar por mí", la gente gritó: "la bendición". "Los jóvenes estamos con usted", gritaron otros.

El Pontífice les anunció: "Ahora voy a dar la bendición, cada uno de nosotros ,antes de recibir la bendición, hace un ratito de silencio, y mete en su corazón los nombres de las personas que más queremos y los nombres de las personas que no queremos".

"Los nombre de las personas que nos quieren y los nombres de las personas que sabemos no nos quieren. Para cada uno va esta bendición", añadió.

El juego de palabras puso a pensar a más de uno porque en menos de un minuto, las personas tenían que colocar cautro grupo de personas, simbólicamente en el corazón para todas ser bendecidas. Una nueva lección que entrega el Papa a los colombianos para no tener rencor en el corazón.

Algunos de los presentes no alcanzaron a ser bendecidos porque no resistieron el calor, estaban desde tempranas horas y se desmayaron. Según algunos integrantes de seguridad, unas seis personas fueron atendidas por algún tipo de emergencia.